El mercado laboral en México se encuentra en una situación complicada, afectado por los aranceles impuestos por Estados Unidos, con resultados desfavorables tanto en la creación de empleo como en la participación económica. Los especialistas coinciden en que las perspectivas a mediano plazo no son alentadoras, especialmente en las industrias que se verán afectadas por estos impuestos.
Ana Bertha Gutiérrez, coordinadora de Comercio Exterior y Mercado Laboral en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señala: «El panorama no es el más propicio, y la participación laboral ya estaba debilitada antes de la llegada de la administración de Donald Trump. Esto sin duda añade un obstáculo más en el camino, generando incertidumbre sobre la disponibilidad de ofertas de trabajo».
Los datos recientes de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) revelan una drástica pérdida de 276,937 puestos de trabajo en febrero, casi el doble de las plazas creadas al inicio del año. En 2024, la generación de empleo tampoco ha sido óptima, con solo 174,656 plazas creadas, lo que representa el ritmo más bajo en la última década, sin considerar el impacto de la pandemia en el mercado laboral.
A partir del miércoles 2 de abril, entrarán en vigor los aranceles recíprocos a todos los países con las que Estados Unidos realiza exportaciones e importaciones, y México no quedará exento. Al día siguiente, se implementarán aranceles sobre autos fabricados fuera de Estados Unidos.
Ana Gutiérrez explica: «El impacto inicial podría ser mayor en los productos que más exportamos. La industria manufacturera, aunque no todos sus empleos están relacionados con exportaciones, tiene un fuerte vínculo. Además, hay empleos en sectores como logística, transporte y almacenamiento, y se producirán efectos indirectos en el comercio al por mayor y en servicios como limpieza y alimentos«.
En febrero, el sector manufacturero experimentó una disminución de 144,603 puestos de trabajo, hilando tres meses consecutivos de caídas en sus niveles de ocupación, y actualmente se encuentra 356,712 empleos por debajo de los registros de hace un año.
Guillermina Rodríguez, directora de Estudios Económicos de Banamex, coincide al afirmar que el crecimiento en la generación de empleo formal es bajo y advierte que el impacto de los aranceles podría agravar la desaceleración. «Tenemos previsiones bastante modestas para el empleo, con un aumento apenas del 0. 7% para 2025, considerando un crecimiento del PIB del 0%. No sabemos la duración de los aranceles; no está claro si permanecerán tres meses, un año o si serán permanentes, y en qué sectores se aplicarán, además del automotriz y el acero. Esta previsión sugiere la creación de alrededor de 150,000 empleos formales, una cifra bastante baja en comparación incluso con el año pasado«, concluye.
Además de la baja creación de empleo, la tasa de participación laboral en febrero alcanzó el 58. 7%, su nivel más bajo en los últimos tres años.
“Las tasas de desempleo, a pesar de ser bajas, van acompañadas de una reducción en la participación laboral. Esto se debe a que hay menos personas incorporándose al mercado laboral, lo que mantiene la tasa de desempleo en niveles bajos. Existen varias hipótesis al respecto, pero una de ellas sugiere que, ante la perspectiva de un menor crecimiento económico, muchas personas optan por detener su búsqueda de empleo”, señala Guillermina Rodríguez.
Se espera que haya un impacto en el empleo, aunque aún se desconoce la magnitud de este. Aunque es prematuro hacer predicciones exactas sobre el mercado laboral, los especialistas coinciden en que es probable que se produzca una desaceleración en la creación de empleo, debido a la cautela en nuevas inversiones y, por lo tanto, en la generación de nuevos puestos de trabajo.
Según el informe «Perspectivas de la Alta Dirección en México» de KPMG, el 22% de los ejecutivos considera que los conflictos geopolíticos son el factor más relevante al momento de definir futuras inversiones, solo superado por las oportunidades que brinda el nearshoring y las nuevas necesidades de los clientes.
Ana Gutiérrez advierte que uno de los riesgos es que la calidad del empleo en México podría deteriorarse debido a la desaceleración en la creación de plazas en sectores como la manufactura y los servicios de transporte, que son áreas con trabajo formal.
Por su parte, Guillermina Rodríguez subraya que, además del impacto directo en los sectores relacionados con el comercio exterior, esto podría tener repercusiones en otras actividades económicas, como los servicios.
“Con la disminución del empleo y la masa salarial en el país, esto afectaría la demanda de servicios y, en consecuencia, también al comercio, lo que repercutiría en la necesidad de mano de obra”, explica.
Información:swissinfo.ch
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