El 8 de mayo celebramos el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, una ocasión especial para honrar el espíritu humanitario y reconocer a aquellas personas que marcan la diferencia en sus comunidades. Este año, el lema es ‘Hacemos desde el corazón’, y se enfoca en la solidaridad de quienes nos rodean, especialmente aquellos que brindan apoyo a quienes más lo necesitan.
Esa persona cercana podría ser un compañero de trabajo, un vendedor del barrio, un voluntario de la Cruz Roja o la Media Luna Roja, o incluso alguien que encontramos en el gimnasio, en la tienda o en el mercado. También puede ser un vecino que siempre ha estado ahí para ayudar. Es importante recordar que una de cada 200 personas en nuestro entorno es voluntaria de Cruz Roja Española, lo que demuestra la profunda presencia de esta organización en nuestras vidas cotidianas.
La esencia del voluntariado en Cruz Roja está íntimamente relacionada con el lema de este año, ‘Hacemos desde el corazón’. Actuar con el corazón significa comprometernos desinteresadamente con quienes nos rodean, esforzarnos por mejorar y realizar pequeños gestos que nos ayuden a ser mejores seres humanos. Se trata de dar voz a quienes no la tienen y de crear oportunidades que representan la esperanza y el futuro en un marco de igualdad, siempre sin condiciones y sin distinciones, guiados por la humanidad.
De manera simbólica, numerosos edificios oficiales se iluminarán de rojo en honor a los voluntarios de sus localidades y a todo el Movimiento Internacional de la Cruz Roja. Espacios emblemáticos como la Sagrada Familia y la Casa Batlló en Barcelona, el Castillo de Santa Bárbara en Alicante, la Cúpula del Milenio en Valladolid, así como ayuntamientos de diversas localidades y lugares turísticos como los molinos manchegos, se teñirán de rojo por una noche para contagiar un mensaje de solidaridad y humanidad.
Además, en toda España se llevarán a cabo juegos, actividades de sensibilización, jornadas de puertas abiertas, concursos de dibujo, gymkhanas y eventos conmemorativos. También habrá una exposición titulada ‘La humanidad en la guerra’, con impactantes imágenes del Comité Internacional de la Cruz Roja.
A través de estas actividades, buscamos celebrar el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, recordando la importancia del voluntariado y la solidaridad en nuestras comunidades.
La propuesta del Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja nació tras la Primera Guerra Mundial, durante la XIV Conferencia Internacional de la Cruz Roja. En este encuentro, se discutió la idea de una «acción anual que pudiera realizarse a nivel global. . . como una significativa aportación a la paz». Finalmente, se decidió que el 8 de mayo sería la fecha elegida, coincidiendo con el aniversario del nacimiento de Henry Dunant, fundador del Comité Internacional de la Cruz Roja.
El primer «Día Internacional de la Cruz Roja», como se le conocía entonces, tuvo lugar el 8 de mayo de 1948. Con el paso del tiempo, su nombre oficial cambió y en 1984 pasó a denominarse «Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja». Actualmente, este día se presenta como una oportunidad para rendir homenaje a la vasta red de voluntarios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y reafirmar el firme compromiso de la organización hacia una humanidad común, guiados por los Principios Fundamentales:
– Humanidad: Este principio ensalza lo que el Movimiento considera primordial: la necesidad de actuar para prevenir y aliviar el sufrimiento humano. El respeto a la dignidad de cada persona y la ayuda a quienes lo necesiten, sin importar su identidad o lugar, son esenciales para la organización.
– Imparcialidad: Actuar con imparcialidad es fundamental para garantizar que todas las personas confíen en el Movimiento en busca de ayuda y protección. Así, la Cruz Roja establece mecanismos que aseguran que su asistencia se brinda únicamente en función de las necesidades, priorizando siempre a los más vulnerables.
– Neutralidad: Este principio garantiza que la organización pueda ofrecer asistencia médica a civiles y combatientes heridos o detenidos durante las hostilidades, sin que se perciba que interviene en el conflicto. Es crucial que todas las partes en un enfrentamiento reconozcan y respeten la función humanitaria de las Sociedades Nacionales.
– Independencia: La independencia del Movimiento asegura que no se vea influenciado por injerencias de tipo político, ideológico o económico que puedan desviar su compromiso con los principios de humanidad, imparcialidad y neutralidad. Solo con verdadera independencia la organización puede mantener el respeto por estos valores.
– Carácter voluntario: Este principio refleja la motivación común que une a todos aquellos involucrados en el Movimiento: el deseo de ayudar a los demás. Representa tanto una fuente de inspiración como una afirmación de solidaridad.
– Unidad: La existencia de una única Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja en cada país asegura un funcionamiento eficiente, evitando confusiones en la percepción pública y garantizando que todas las personas y comunidades estén representadas por una organización única.
Universalidad: El sufrimiento es una experiencia que nos afecta a todos, lo que demanda una respuesta global. Una de las grandes fortalezas del Movimiento radica en su presencia en casi todos los países del mundo, representados por 192 Sociedades Nacionales que forman parte de él. Este principio implica que estas Sociedades tienen la responsabilidad compartida de respaldar el desarrollo de las demás y colaborar en estrecha asociación y solidaridad, especialmente en momentos de desastres, en beneficio de toda la humanidad.
Con información de cruzroja.com
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