El 3 de julio de 1995, el cuerpo de Esmeralda Martínez Montañez fue hallado sin vida en Ciudad Juárez, Chihuahua, con indicios de violencia y parcialmente desnudo.
En esa época, el municipio fronterizo empezaba a obtener notoriedad a nivel nacional debido al elevado número de mujeres que se encontraban desaparecidas o eran asesinadas.
No obstante, a tres décadas de distancia y a pesar de algunos progresos en temas de género, la situación sigue siendo desalentadora, manteniendo al municipio como el más riesgoso para las mujeres en México. Según Rosaura Martínez, madre de Esmeralda, en esos años, al menos cinco mujeres eran asesinadas diariamente y muchas más desaparecían.
Esto sucedía en un entorno donde ni siquiera se reconocía el delito de feminicidio, considerándose las muertes simplemente como homicidios, lo que resultaba en que muchos casos no recibían la atención adecuada, provocando impunidad, como en el caso de la joven de 19 años, que hasta hoy no tiene ningún sospechoso detenido.
Sin embargo, este no es un incidente aislado, sino parte de un fenómeno que persiste hasta la fecha.
Según información de la Fiscalía General de Justicia de Chihuahua, entre 2018 y febrero de 2025 se han reportado 140 feminicidios y se han abierto 727 investigaciones por homicidio doloso por motivos de género. Sin embargo, al comparar estos números con la cantidad de casos en el mismo periodo, se han dictado solo 11 sentencias por homicidio y 18 por feminicidio, lo que indica que menos del 20 por ciento de las víctimas ha logrado obtener justicia.
Además de la escasa cantidad de sentencias, no ha habido una reducción considerable en estos delitos en los últimos siete años.
En el caso específico de los feminicidios, las cifras han ido en aumento desde 2022, ascendiendo de 17 en ese año a 25 en 2024.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Ciudad Juárez es actualmente la localidad con el mayor número de casos en el país, reportando cinco feminicidios en el primer trimestre de 2025. A pesar de que los homicidios dolosos han disminuido de 102 en 2023 a 78 en 2024, este tipo de delitos siguen teniendo un bajo número de sentencias.
Con respecto a la falta de justicia en Juárez, tanto grupos organizados como defensores de derechos humanos coinciden en que, además de la violencia y la inseguridad, esto se debe a la carencia de profesionalización de las autoridades competentes.
Lluvia Rocha, parte de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, destacó que aunque existe una Fiscalía Especializada de la Mujer, hay una notable escasez de infraestructura, personal y recursos económicos.
Es importante señalar que, dentro de estas instituciones también se abordan otros crímenes contra las mujeres, como la violencia sexual o familiar, los cuales presentan cifras igualmente alarmantes.
Imelda Nava, coordinadora general de Red Mesa de Mujeres, comentó que más allá del título de la institución, es crucial que el personal esté adecuadamente formado en temas de género, ya que la falta de conocimientos en este ámbito ha provocado que muchos casos queden sin resolver y que las familias de las víctimas sufran nuevamente.
“Esta Fiscalía ha tardado mucho en establecer una fiscalía especializada que realmente cumpla con su objetivo, ya que ser especializado implica contar con un equipo que esté altamente capacitado y que permanezca en la institución durante varios años. Además, la creación de la especialización no se ha conseguido, lo que contribuye a la persistencia de la impunidad,” dijo.
Wendy Chávez, quien dirige la Fiscalía Especializada en atención a mujeres por delitos de género y la familia, admitió que existe una falta de personal en la institución, ya que no hay suficientes empleados calificados para abordar estos casos.
Cada Ministerio Público que se especializa en la materia necesita entre seis meses y un año de formación y, en muchos casos, el personal es reasignado a otras áreas de la Fiscalía General para ofrecer otro tipo de atención, lo que requiere que se vuelva a capacitar a estos empleados desde el inicio.
También mencionó que uno de los principales desafíos es la escasez de denuncias, dado que en la mayoría de los feminicidios u homicidios, los perpetradores son individuos cercanos a las víctimas, quienes en muchas ocasiones han ejercido previamente otros tipos de violencia, como la intrafamiliar; no obstante, muchas de estas mujeres no se presentan ante las autoridades.
Según datos de la Fiscalía estatal, entre 2018 y febrero de 2025, 43 mil 250 mujeres fueron víctimas de violencia familiar, 5 mil 724 de lesiones intencionales y 4 mil 62 de violación.
“Estamos conscientes de que los delitos de género tienen múltiples causas, lo que significa que solamente a través de la prevención o del combate no se podrá erradicar esta problemática. Sin embargo, creemos que si se aumenta la confianza de la ciudadanía para denunciar y se fortalecen las instituciones para ofrecer respuestas efectivas desde el principio, podremos abordar la cifra negra, un asunto muy complicado de tratar”, subrayó.
Según Tatiana Carreón, directora general de los Centros de Justicia para las Mujeres, en la actualidad solo el 40 por ciento de las mujeres que buscan ayuda en estos centros denuncia a sus agresores, a pesar de que la institución no solo proporciona apoyo sino que también las motiva a presentar sus denuncias para asegurar un verdadero acceso a la justicia.
Esto además de crear un entorno sin revictimización para aquellas mujeres que abandonan el llamado “círculo de la violencia”. Ciudad Juárez tiene, desde 2009, una recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que declaró al Estado mexicano culpable por la desaparición y asesinato de las jóvenes Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez, cuyos cuerpos fueron encontrados en un campo de algodón el 6 de noviembre de 2001.
En esa ocasión, la Comisión destacó la grave violencia sufrida por las víctimas y estableció un marco legal al Estado mexicano, con el propósito de abordar la violencia de género tanto desde una perspectiva preventiva como punitiva. Sin embargo, esto no se ha llevado a cabo y los casos recientes también reflejan la brutalidad y el abuso con el que se ha asesinado y se sigue asesinando a mujeres.
Con información de milenio.com
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